Un recuerdo amalgama tres tiempos: lo que fue, lo que se vive ahora y en lo que transformará. La felicidad que se recrea, que regresa, que vuelve a crearse, permite volver a vivir momentos, experimentar de nueva cuenta placer. Es una herramienta para enriquecer nuestra vida.
Recrear palabras, situaciones felices, encuentros y anécdotas son maneras felices de toparnos de nuevo con la buena fortuna. La recreación es para siempre.
Hoy, en el preludio de mayo, debemos rescatar en nuestra mente y piel las primaveras idas, pero también las que nos aguardan y asumir que esta, alejados de los otros, resguardados en casa, también nos permitirá vivir cosas diferentes como forzar soliloquios y autoconocimiento de quiénes somos y qué deseamos hacer por los otros, porque sólo en la medida en la que servimos a los demás adquirimos valor propio.
La recreación es la manera de recordarle al universo lo que deseas para tí y para los demás, que disfrutas y de qué tamaño es la esperanza de obtener de nueva cuenta situaciones felices.
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