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  • Foto del escritorIvette Estrada

Un Maestro es un mentor que te ayuda a generar conceptos y a encontrar tu propia percepción del mundo. Delinea para ti caminos y te permite descubrir tus alas para emprender el vuelo misterioso y único: tu propio reencuentro.


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  • Foto del escritorIvette Estrada

El alejamiento social y la reclusión en casa nos forzó a soliloquios y hondo silencio. Aprendí 10 cosas.

1. Ser el centro de mi propia vida.

2. Reconfigurar la noción de familia. No se integra por lazos sanguíneos solamente sino por quienes están en el corazón, caja del subconsciente.

2. Valorar lo trascendental e importante. Ante el peligro inminente descubres cuáles son tus verdaderos intereses y prioridades.

3. Decides que tus destrezas, conocimiento y talento merecen encausarse en proyectos significativos.

4. Te alejas de los estereotipos de felicidad y armas tu propio concepto de dicha.

5. Descubres que la serenidad es el estado perfecto del ser.

6.Te interesas por la naturaleza y descubres belleza aún en lo más cotidiano y nimio.

7.Te aceptas. Aceptas tu fisonomía, personalidad y manías. El tiempo contigo te ayuda a descubrirte como un ser único.

8. Aprendes a callar y a leer el silencio.

9. Develas nuevas habilidades y puedes sorprenderte al hornear galletas o jugar con un perro.

10. Rezas. Pero ya no son frases aprendidas en alguna iglesia, sino las palabras con las que le agradeces a Dios tus circunstancias y vida.


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  • Foto del escritorIvette Estrada

Ojalá no. Que cuando cuando podamos volver a los espacios públicos no seamos los mismos. Ojalá que tengamos mayor consciencia por nuestra vida y lo que importa, que no nos lancemos a la calle en por se ropa o acciones para despilfarrar el tiempo. Ojalá que no. Que regresemos con la convicción de que debe vivirse a plenitud cada instante, apostar por la sustentabilidad y cuidar el medio ambiente. Que seamos capaces de entender nuestra propia trascendencia y nos alejemos de la noción de felicidad como consumo. Que se rompa la normalidad, que exista una realidad más promisoria y feliz para todos. Que cada instante trabajemos por causas que nos apasionen y valoremos a quienes están con nosotros. Aquellos que están en nuestra casa, pero también los que hablaron con nosotros y nos hicieron pensar en el futuro, con los que armamos planes y compartimos zozobras y fragmentos de realidades.




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